Lindsay Lohan abandonó el correccional californiano de Lynwood en la mañana del lunes 2 de agosto (hora de la costa oeste estadounidense). Ahora tendrá que pasar por unas cuantas sesiones de terapia.
¿La justicia estadounidense parece algo así como una guardería de los actores de Hollywood? Tal vez sean apreciaciones subjetivas, pero a nadie se le escapa el dato de que si te pilla conduciendo bajo los efectos del alcohol y las drogas, te imponen unas restricciones severas para que te rehabilites y te termines pasando todo por “el arco del triunfo”, no es normal que el tema quede casi sin consecuencias. ¡Eso es un mundo ideal!
En definitiva, ahora Lindsay Lohan tendrá que acudir a una serie de sesiones de rehabilitación para que su condena quede cumplida.
Por ahora Lindsay Lohan tiene pendiente el biopic de Linda Lovelce. Además tendremos ocasión de verla como monja-metralleta en la alocada y sangrienta Machete de Robert Rodriguez. Y tal vez su papel más importante, ¿será capaz de no aparecer ebria en las portadas de la prensa rosa?
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